martes, 10 de febrero de 2009

Olvido


Sopla el viento y pierdo mis recuerdos.
PD: volviendo.
AMNESIA

domingo, 11 de enero de 2009

Rebels pomes de la realitat



Hoy buscando en mi pc, encontré un escrito de hace dos años. Esta en catalan y he decidido que quizá, valdria la pena colgarlo. y también, quise preguntaros si no os pasa amenudo, al leer despues de tiempo algo tan vuestro como lo son los escritos salidos de vuestras entrañas, sentir una sensacion de maravilla al practicamente no reconocer eso , al leerlo por primera vez con ojos un tanto, no del todo, ajenos, aunque con unas ciertas pinceladas de déjà vue.




Sota els meus peus una foscor amenaçadora engolia el no res d’una forma tan esgarrifosament sobrenatural, tan perfecte i immutable, que em feia tremolar com les cordes d’una antiga guitarra desafinada, maltractada i oblidada, que s’estremeixen sota la carícia melòdica dels teus dits. Enlluernada per un buit fosc i infinit, reflex del pou profund i sense fi que dins meu les llàgrimes han construït, dormo, hiverno, esperant llevar-me i oblidar aquest terrible malson, anomenat realitat. De tant en tant , algú, llença quelcom de sòlid i real, ben amunt, amb força i impuls. Veig com l’objecte surt , s’esmuny, s’escorre d’entre la negror empès amb energia i vigor. Veig com la seva mida augmenta així com també ho fa la velocitat d’aquest curiós cos, que s’apropa des de a baix, des de sota dels meus peus. S’aproxima i m’entusiasma la potència amb la qual vola ben amunt, amb esperança. Ràpidament passa davant meu, d’una forma tan fugaç, tan efímera, que ni tant sols l’aire que el frega fa fricció amb els meus llavis corbats per un somriure distret. La meva mirada s’alça, innocent, seguint la seva trajectòria i esperant la imminent caiguda. Tot el que puja baixa, em varen dir un cop. Però el cert és que, enganyada i ensarronada com un infant, esperava la seva baixada, la conjunció de dos esplèndides paral·leles. Res a fer, aquests cossos, mai tornaven, un cop havent fugit de les masmorres de l’oblit, galopaven dies i dies per no tornar mai més, a les portes de l’infinit. Sola, absolutament sola, no entenia aquesta rebel·lió en contra les lleis de la gravetat, no entenia aquestes pomes equivocades , fossin roges, verdes o grogues. Totes feien just el que no devien fer, just el que no era ni lògic ni possible fer. Tan mateix, ho feien. Un cop rere l’altre, infinitament, sense parar. Llavors plorava llàgrimes piadoses i il·luminadores, les quals em mostraven tot caminant rostre amunt, la brillant solució: Era jo, que adormida, penjava de cap per avall, en aquesta trista i fosca, realitat.


amnesia;

img-google.

martes, 30 de diciembre de 2008

El mar suspendido


si soñar es navegar sobre el mar suspendido,

puede que el cielo de oleaje bravo

sea el paisaje del subconsciente rebelde.





amnesia


jueves, 25 de diciembre de 2008

SOBREDOSIS

sobredosis...

¿de qué?

de todo.

de comida, de azúcar, de sonrisas, de hipocresía, de gasto, de consumo, de regalos, de luces, de envoltorios, de disfraces, de familia, de no familia, de loterias, de he-de-quedar-bien, de bebidas, de fotos, de religiosidad esporádica, de espítirus solidarios, de reuniones, de pamplinas varias...

y si nos arrepentimos...
y si nos paramos a pensar...

y si nos prometemos un poco de austeridad, menos excesos, buenos propositos para año nuevo...



no sufran señores del capitalismo, que en breves las rebajas contraatacan para que gastemos, solo, un poquito más.





os regalo esta foto llena de un poquito de nada.

amnesia

viernes, 19 de diciembre de 2008

Pedaleo,
observo y sonrío.
Los radios de
mi bicicleta, no descansan,
no dan tregua.
Amarrada al manillar
canto alegre,
siempre con mirada
en el horizonte
buscando el mar,
travieso,
que tras cajas de hormigón,
apenado, se esconde.

amnesia

lunes, 15 de diciembre de 2008

SENSACIONALISMO


El morbo nos puede.
img- Banksy.

jueves, 11 de diciembre de 2008

mimada

Mañana húmeda.
Mañana de esas en que sientes como el aire denso y frío se posa sobre la punta de tu nariz.
Me abro paso entre la gente adormilada y consigo atravesar el andén. El reloj va más lento de lo normal, pienso, y sonrío al ver venir el tren, que me avisa con sus ojitos centelleantes desde lo hondo del oscuro túnel negro. Haciendo malabares para poder sostener el bolso, la carpeta, la mochila de excursionista que, no lo dudo, me confiere un cierto aire cómico y asta, puede que, patético, logro entrar en el vagón donde treinta segundos antes parecía no caber nadie más. Sintiendo más de cuatro cuerpos contra el mío, cierro los ojos y espero dócilmente a que termine el penoso trayecto sumergiéndome en la inmensidad de mis auriculares. De repente, una voz aguda, de un timbre desagradable y molesto, eso me pareció a mí, consigue despertarme de mi fantástico delirio musical, obligándome a volver a ese abarrotado vagón en hora punta, lleno de gente que ,a su vez, se evade con ojos cerrados, como yo . Con desgana, los abro, lentamente para no sufrir shock alguno, al volver a la realidad. Una niña, tres palmos por debajo de mi mirada, parece ser la culpable de tal intrusión auditiva. Es morena, de piel oscura, nariz chata y como no, ceño fruncido a conjunto con la boquita en morritos. Al parecer se queja de la falta de espacio. Pobre. Me aparto todo lo que puedo y aún más, arqueo la espalda hacia atrás para evitar contacto alguno. Vuelvo a cerrar los ojos y antes de poder viajar a donde fuera que la música me llevara, oigo de nuevo esa vocecilla. -“ ¡Me apalastaaaaan!” – su madre le acaricia dulcemente la frente- ¡me aplastan! ¡Me estoy estrujando y aplastando!- dice con un tono realmente muy impertinente. Al ver que me mira directamente me doy por aludida e intento apartarme más. No puedo. Su madre también me mira. Mirada que, sin lugar a dudas, no es amable. No sé cómo pero consiguen, las dos, hacerme sentir avergonzada y giro azorada la cara contra el cristal. -“¡ MAMA! ¡¡Jopé!!”- mientras dice eso, la niña aprovecha la estrechez entre cuerpos, que le da total impunidad, para empezar con su estrategia ofensiva para echar rivales de su terreno. Siento un pie tanteando cerca del mío, primero. Una patadita en la espinilla es lo que prosigue. Intento morderme la lengua y fingir no sentir nada, esperando que crea estar agrediendo las partes de otro contrincante y así dejar su ridícula guerra, batiéndose en retirada. ¡Ingenua de mí! Mi silencio no hizo más que aumentar tales ataques, que empezaron a ser más continuados y desvergonzados. Pisotón tras pisotón, dejando todo el peso que podía tener dos veces el cuerpo de ese monstruito insoportable, usaba mi pies a modo de tabla de moler. “¡Me aplastan!” Y su madre acariciándola con amor infinito y dedicación, que por cierto no parece haber heredado el tal personaje. ¡Será posible! Esa niña tiene mas espacio para ella sola que tres adultos juntos. Nadie la toca y sigue quejándose. Y ahora va, y aparta en un arrebato de rabia la mano que la consolaba, la única que posiblemente en esos escasos, aunque llenos, metros cuadrados no la haría callar aunque fuera solo un ratito. Con los ojos desorbitados salgo del tren, por fin, suplicando no haber sido jamás en mis días más tiernos, una personita tan mimada e insufrible y me alejo de aquel infierno matutino frotándome la espalda dolorida y pensando en voz alta: “ mañana húmeda, mañana malhumorada”.